Luego de dos años de construcción, el 31 de mayo de 1911, la compañía Harland & Wolff, de Belfast, lanzó el Titanic. El buque completó con éxito un corto recorrido de prueba el 31 de marzo de 1912, y amarró en el puerto de Southampton el 4 de abril del mismo año. El 10 de abril zarpó con destino final Nueva York. Había 2208 pasajeros y tripulantes a bordo. La primera clase estaba ocupada en un 46%, la segunda clase en un 40% y la tercera en un 70%. Los pasajeros habían sido laboriosamente robados de otros vapores con destino a Nueva York, para que la capacidad total del buque estuviera cubierta en un 55%.
Poco después del mediodía, el barco abandonó el muelle de Southampton y se dirigió al mar. Mientras lo hacía, ocurrió un pequeño incidente. Mientras el buque dejaba atrás los vapores New York y Oceanic, el agua que desplazaba fue deslizada bajo estos barcos. En consecuencia, el New York se soltó de sus amarras y se movió en dirección al Titanic. Se evitó por poco una colisión, gracias a la afortunada intervención de un barco remolcador.
Todo salió de acuerdo a lo planeado durante los dos días siguientes. En condiciones de mar calmo el Titanic amarró en el puerto de Cherburgo, Francia, la primera noche, donde más pasajeros subieron a bordo. Una vez que el correo fue cargado – el Titanic servía también como “Barco de Correo Real”- el viaje continuó. La última escala fue Queenstown en Irlanda. Allí, el gigante del océano tiró sus anclas cerca del mediodía del 11 de abril de 1912, y de nuevo embarcaron más pasajeros, la mayoría emigrantes que deseaban comenzar una nueva vida en EE.UU. Luego, cerca de las 13,30 hs., con clima calmo, el Titanic comenzó su gran viaje transatlántico. El buque debía arribar en Nueva York en cuatro días como máximo, y mientras tanto se planearon una variedad de bailes y cenas de gala para hacer del viaje una experiencia inolvidable.
Los pasajeros de primera clase pertenecían a la elite de la sociedad angloamericana. Habían llevado grandes cantidades de equipaje y sirvientes con ellos. El hombre más rico a bordo era el Coronel John Jacob Astor. Bisnieto de un peletero, estaba dotado con una considerable fortuna, y una joven y hermosa esposa, embarazada en ese momento. También estaban a bordo Benjamin Guggenheim, de la dinastía minera norteamericana, así como la pareja formada por Isidor e Ida Straus, dueños de los famosos grandes almacenes neoyorquinos Macy’s. Junto con varios magnates del acero norteamericanos y directores generales de bancos, compañías ferroviarias y de seguros, la clase alta inglesa también estaba bien representada: por ejemplo por Sir Cosmo y Lady Duff Gordon, él un aristócrata y ella una famosa diseñadora de modas con boutiques en París y Nueva York. El famoso magnate J.P. Morgan tuvo que cancelar su viaje debido a una enfermedad, del mismo modo que el director de los astilleros donde se construyó el Titanic. La pareja de millonarios compuesta por el Sr. y la Sra. George Vanderbilt decidieron no unirse al viaje en el último minuto. Sus sirvientes y equipaje ya estaban a bordo y se hundieron con el Titanic.
Hasta el domingo 14 de abril de 1912 el viaje transcurrió confortablemente y sin sobresaltos. Sin embargo, en la tarde del domingo la temperatura bajó notablemente, y las actividades al aire libre tuvieron que ser suspendidas. Los ricos y famosos se reunieron cerca de las 19,30 hs. en una cena de gala organizada por el matrimonio de millonarios Widdener, en honor del capitán Edward John Smith. Smith era un experimentado navegante que había pasado su vida en alta mar. El viaje inaugural del Titanic iba a ser su última travesía como capitán antes de retirarse.
www.tudiscovery.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario